Don Carmelo y Cayetana en el Camino de Santiago (27)

27 de Junio de 2013. Después de las duras etapas de montaña de los dos últimos días, hoy empezamos nuestra jornada de peregrinación con toda tranquilidad y bastante tarde. Ya son las 8 y cuarto cuando salimos del albergue de Triacastela. El Camino nos lleva por bosques densos y oscuros y a pesar del hecho de que no ha llovido en Galicia desde hace una semana (algo muy raro en una de las regiones más lluviosas de Europa), las sendas por los bosques están cenagosas, el riesgo de resbalar es alto. Así que estamos obligados a moderar el ritmo de nuestros pasos, para no caernos en ese lodo de color negruzco. La consistencia y el olor de ese lodo son tales que no evocan el deseo de acercarse, porque está mezclado con grandes cantidades de mierda de vacas. Luego nos espera una subida desagradable por un bosque tenebroso hasta llegar a la aldea de San Xil y me acuerdo de las palabras de Cayetana al subir ayer el Alto de Poio: „…¡pero detrás de la próxima curva seguro que nos espera otro monte igual que habrá que subir!“

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Al entrar en la aldea, mi compañera (hoy está un poquito insoportable) ya no se queja por la subida dura, sino por haber descubierto otro fenómeno, que caracteriza el Camino por Galicia: „Es que aquí ya no se ve el Camino por tanta mierda de vacas. Siempre tengo que mirar abajo, pa no pisar esa alfombra de mierda – ¿cómo puedo fijarme en el paisaje bonito si siempre hay que mirar abajo?“ Es verdad que en casi cada aldea gallega el perfume de flores y zarzarrosas apenas puede vencer el penetrante olor melancólico de la mierda omnipresente de las vacas. Hay lugares donde el Camino se presenta como un mosaico de mierda oscura y fresca encima de mierda clarita y seca.

De repente, entre las aldeas de Montán y Pintín, una invasión muy ruidosa conquista el pacífico bosque gallego. Una docena de clases escolares nos persigue. Se nota que los jóvenes no llevan caminando semanas por el Camino, sino probablemente acaban de empezarlo esta mañana (la mayoría de los grupos juveniles de España sólo van por la parte gallega del Camino). Por ello están al borde de explotar de energía y llenan el bosque de un ruido infernal. Cayetana está indignada con esos „niñatos“ (sólo unos 7 u 8 años más jóvenes que ella) que causan perturbación de la orden de la naturaleza. Me siento obligado a defender a esa nueva generación de peregrinos: „Pero al final son ellos que salvarán esta tradición para que no muera… aunque ahora mismo todo les parezca una caza con flechas amarillas por el bosque, estoy seguro que algo quedará del espíritu del Camino en sus almas.“

En este momento se nos acerca Juan, un joven atlético de 19 años con pelo negro rizado. Lleva una camiseta del Camino (flecha amarilla en un fondo azul) y es el „jefe“ de un grupo de escolares de Madrid. Con curiosidad apenas disimulada nos pregunta por nuestra motivación de andar el Camino de Santiago (y parece algo decepcionado por las palabras poco ortodoxas de Cayetana). Nos cuenta que a él le habría gustado vivir en la Edad Media como templario, amparando a los peregrinos. Se entusiasma por sus armaduras. Y hablando de la ciudad santa de Santiago declara: „Una ciudad mágica toda de granito – a la luz del sol del atardecer se cubre de oro, pero es bella incluso con lluvia…mojada casi me gusta más, entonces brilla como cobre oscuro.“ Estamos sorprendidos de escuchar palabras tan poéticas de un joven europeo en el año 2013. Después de subir con él la colina del pueblo de Sarria, se separan nuestros caminos, ya que Juan se queda con su grupo en el albergue del monasterio. Cayetana mira como se aleja y murmura: „Síndrome de medievalismo. Supongo que ése vaya cantando como un trovador para su dama adorada…“ Sonriendo me pregunto si a ella le gustaría tal homenaje.

Mientras que estamos arreglando la ropa y esperando que haya una cabina de ducha libre, escuchamos en una de ellas, aparte del ruido de un chorro de agua potente, el grito extasiado de una voz estridente de mujer: „Oh, what a great shower! (¡Que ducha más rica!“) Y sólo un minuto más tarde, otra vez y ahora suena como un éxtasis histérico: „Oh my God, what a great shower!!“ Nos miramos riéndonos y Cayetana se pregunta: „¿Acaso esa histérica no tendrá ducha en su casa en Yanquilandia?“ Durante la cena, el menú de peregrino, desafortunadamente nos encontramos al lado de esa peregrina estadounidense, cuya voz incluso durante una conversación normal tiende a chillar, dominando así todas las conversaciones en el comedor. Cayetana la bautiza „Our Lady of the Showers“ („Nuestra Señora de las Duchas“). A su lado está sentado su marido – inmóvil como una piedra de paciencia, durante toda la cena apenas dice una frase entera. Su media naranja, al contrario, habla sin apenas respirar, de manera como si se presentara para un Casting de la serie „Desperate Housewifes“, mientras que nosotros sólo quisieramos cenar con tranquilidad. Cayetana, refiriéndose al marido de la yanqui: „¿Cómo ese pobrecito puede aguantar durante años a esa histérica?“ Es su secreto. No hay ni un detalle (sean las almejas en el caldo, los tres perros durmientes del hospitalero o las tiernas alhóndigas) que no sea celebrado por ella con gritos histéricos como „great!“, „lovely!“ o „delicious!“. Finalmente hemos llegado al postre y esa cena ruidosa puede ser concluida. Damos las gracias a Dios, que la Shower-Lady vaya a pasar la noche en el otro dormitorio. Detrás de Sarria atravesamos un bonito puente y caminamos un par de kilómetros por un bosque muy denso, antes de pasar de nuevo por típicas aldeas gallegas con sus muros de granito, alamedas de robles y hórreos. Bastante temprano, antes de la Siesta, llegamos a nuestro romántico albergue para hoy, la „Casa de Carmen“ en Barbadelo.

Atravesamos el puente y subimos por la escalera al centro de Portomarín. Hace medio Siglo, todo el pueblo se encontró unos cien metros más abajo, donde ahora se extienden las aguas del embalse. La Iglesia románica de San Nicolás también fue desplazada y reconstruida con el material original aquí en la colina. „¿Que bloque más raro es aquello?“, pregunta Cayetana al ver el templo. La forma rectangular de esa iglesia resulta extraña. Dando una vuelta alrededor del templo intento a convencer a Cayetana de que la Iglesia de San Nicolás es la última importante del Camino antes de llegar a Santiago. Contemplamos el relieve de la Anunciación del Siglo XII con el Arcángel Gabriel y la Virgen María („…no exactamente la más guapa“, como comenta Cayetana). Una escena curiosa: María levanta ambas manos como en un gesto de defensa ante el ángel – como si no estuviera nada entusiasmada con la idea de convertirse en la Madre del Salvador.28 de Junio 2013 a las 7 de la mañana. Casi cada mañana en Galicia se cubre de velos de niebla, que revelan lentamente alamedas de robles viejos y aldeas con sus prados de vacas. Poco después de la salida del sol nos detenemos ante el famoso poste kilométrico „100“, cubierto de muchos grafitos y fotografiado por todo el mundo. Desde aquí faltan exactamente cien kilómetros para Santiago. A mediodía llegamos al lugar que tiene una iglesia desplazada: Portomarín.

Aunque ya está muy llena, Cayetana come a gustito el resto de queso fresco con miel, queda mirando los prados iluminados por el sol poniente y resume sus impresiones: „Aquí las vacas parecen tan felices que no es de extrañar que el requesón sabe como crema de mantequilla…“ Maggie y yo afirmamos riéndonos.

Después de la cena finalmente podemos ducharnos (es que sólo hay dos duchas y estaban constantemente ocupadas). Poco más tarde, recién duchados y con el pelo mojado, pensamos lo mismo. Cayetana se echa a reír, luego gritamos al mismo tiempo: „Oh, what a great shower! (¡Ay, que ducha más buena!!“Por gran sorpresa mía, Cayetana sigue escuchando totalmente fascinada las aventuras del Camino de la peregrina-vagabunda. Contrariamente a ayer, la cena de hoy fue mucho más interesante, decorada por los cuentos cautivadores de la peregrina atea Maggie. No sé qué opinar de ella. ¿Por qué? Es que a veces les quita el sitio a los peregrinos „auténticos“ y también puede ser considerada una gorrista, la que reclama constantemente unas ofertas pensadas para el uso momentáneo de buscadores del campo de estrellas cerca de Finisterre y no para la manutención contínua de personas que admiten no buscar o esperar nada, y sólo buscan matar el tiempo en una región soleada de Europa. Esa idea me hace meditar, mientras que Maggie y Cayetana se dedican al juego quien termina el postre como primera. Debido a muchas pausas, llegamos tarde a nuestro destino para hoy: Ventas de Narón. Para la cena tomamos las últimas sillas libres, al aldo de una mujer de unos treinta años, la que ya nos había llamado la atención por su pelo rojo. Se presenta como „Maggie, Atea de Escocia“. Como casi cada diálogo acerca del Camino comienza con la pregunta, dónde uno ha empezado su Camino. Nos causa irritación su respuesta: „Esta vez de nuevo en Roncesvalles.“ Resulta que Maggie ya ha terminado cada Camino a Santiago en España varias veces: el Camino Francés (tanto desde Roncesvalles como desde Somport), el Camino de la costa y la Vía de la Plata. Al escuchar el comentario de Cayetana de que tendría mucho tiempo, la escocesa pelirroja sonríe diciendo: „¡Todo el tiempo del Mundo!“ Nos explica que hace años vendió toda su propiedad, dejando atrás su existencia burguesa por completa y convirtiéndose en una „peregrina profesional“. Desde primavera hasta el otoño suele andar por los Caminos a Santiago, pernoctando en los albergues baratos, mientras que en el invierno se queda en casa de algunos amigos españoles. Debido a tantas caminatas está muy bien entrenada y sabe contar 1001 anécdotas del Camino. Cuando estamos almorzando en un bar al lado del templo, un abuelo pasa lentamente. Quizás está aburrido. Se apoya en su bastón, queda mirando nuestras mochilas con la concha y de repente nos pregunta por qué no nos quedamos aquí en su bello Portomarín. Luego ensalza en palabras patéticas los atractivos del lugar: hay siete (!) bonitos albergues para peregrinos, buenos restaurantes (como lo notaríamos ahora mismo), el Río Miño, y un templo muy singular, cuyo portal – como el Portico de la Gloria de la Catedral de Santiago – también fue creado por el Maestro Mateo (aquello no está nada cierto, más bien improbable). Así que ya no nos hace falta seguir a Santiago, porque en Portomarín hay de todo según las palabras del viejo, incluso se podría arreglar y negociar una indulgencia plenaria con el párroco del lugar…Als wir gegenüber der Kirche beim Mittagessen sitzen, schlendert ein alter Mann vorbei, dem offenbar langweilig ist. Jedenfalls bleibt er plötzlich auf seinen Stock gestützt vor uns stehen, blickt auf unsere Rucksäcke und fragt uns, warum wir nicht einfach hier bleiben in seinem schönen Portomarín. Dann rühmt er mit blumigen Worten die Vorzüge des Ortes: es gäbe sieben (!) schöne Pilgerherbergen, gute Restaurants (wie wir ja gerade schmecken würden), den Fluss Miño, und wie wir vor uns sehen könnten, auch eine ganz besondere Kirche, deren Portal wie der Portico de la Gloria der Kathedrale von Santiago ja auch von Meister Mateo geschaffen wurde (letzteres stimmt wahrscheinlich nicht). Also eigentlich bräuchten wir gar nicht mehr nach Santiago, weil Portomarín uns schon alles bieten würde, selbst über den totalen Sündenablass könnten wir mit dem Pfarrer des Ortes sicher verhandeln…

Texto + Fotos: Berthold Volberg

Recomendaciones y Enlaces:

etapa desde Triacastela vía San Xil/ Calvor hasta Barbadelo: 23 kilómetros

etapa desde Barbadelo hasta Ventas de Narón: 32 kilómetros

www.turgalicia.es/

www.redalberguessantiago.com

Unterkunft und Verpflegung:

alojamiento en Barbadelo: albergue de peregrinos privado „Casa de Carmen“, en una Finca donde también hay prados para acampar, Tel. 982-532294 lavadora, máquina para bebidas frías y calientes, gran jardín y ambiente romántico. Acogida muy amable, nuevas cabinas de duchas, habitaciones con tres camas superpuestas. Capilla propia donde muchos peregrinos han colgado estampas, fotos de Cristos y Vírgenes procedentes de su lugar de origen y textos de oraciones. Buen Restaurante (vea abajo) alojamiento 10 Euros.

gastronomía en Barbadelo: Bar/Restaurante „Casa de Carmen“: menú de peregrino (3 platos con vino incluido), 10-12 Euros (p. ej. Caldo Gallego, alhóndigas de pescado, tarta de queso y chocolate). Muy recomendable, comida buena y cantidades generosas.

alojamiento en Ventas de Narón: albergue de peregrinos privado „Casa Molar“, en una gran Finca (“activa”) Tel. 696-794507 lavadora y secadora, terraza. Acogida amable, dormitorios algo estrechos (muchas camas). Buen Restaurante (vea abajo), alojamiento 10 Euros.

gastronomía en Ventas de Narón: Bar/Restaurante „Casa Molar“: menú de peregrino (3 platos con vino incluido), 10-12 Euros, vino a buenos precios.

gastronomía en Portomarín: Restaurante „Mesón de Rodríguez“, Tel. 982-545252, en la Plaza Mayor, a la derecha de la iglesia (recomendable: Pulpo; lacón asado), camareros/as podrían ser más amables, comida buena.

Iglesias:

Sarria: Iglesia El Salvador: templo gótico del Siglo XIII con un portal lateral interesante, se encuentra en el centro, directamente en el Camino.

Portomarín: Iglesia „San Nicolás“: Templo rectangular muy interesante, románico del Siglo XII. Debido a la construcción del embalse, el templo fue trasladado aquí y reconstruido con todo el material original hace medio Siglo. Suntuoso portal principal y relieve muy singular de la Anunciación encima del portal lateral izquierdo. Última iglesia importante antes de llegar a Santiago.