Don Carmelo y Cayetana en el Camino de Santiago (24)

23 de Junio de 2013. Hoy salimos tarde del albergue de peregrinos de Molinaseca, porque sólo hay que andar seis kilómetros y medio para llegar a nuestro destino Ponferrada, nuestra etapa más cortita durante todo el Camino. En Ponferrada no sólo quisieramos visitar sus Iglesias, sino también nos interesa ver el gigantesco castillo de los templarios en el centro y además reponernos un poquito después de la paliza de ayer con sus subidas y bajadas por los Montes de León. Por ello, ya anoche decidimos quedarnos aquí en vez de seguir más hacia el oeste el mismo día. Esta mañana es diferente a todas las anteriores: por primera vez ya no hace frío, sino podemos disfrutar del calor de verano. Cayetana está eufórica (estado suyo muy raro por la mañana), porque finalmente el tiempo y las temperaturas se presentan como le gustan a ella y le pido a Dios que su moral siga así.

Al acercarnos al panorama de Ponferrada, una niebla de nubes está bajando desde las cumbres al valle lleno de bosques, una estampa que nos hace recordar las nubes de los vientos alisios en las Islas Canarias. Casi nadie diría que la metrópoli del Bierzo sea bonita – nosotros tampoco. Ponferrada, antigua ciudad minera, tiene muchos bloques de hormigón, pero está dominada por su imponente castillo templario, atrae al visitante con muchos bares interesantes, gente amable, buena comida y aún mejores vinos y, dicho sea de paso, es la última ciudad antes de llegar a Santiago, ya que durante los últimos 200 kilómetros, los peregrinos sólo pasan por aldeas y pueblos en su Camino.

Antes de empezar con la „conquista“ de Ponferrada, Cayetana insiste en tomar un desayuno extremadamente dulce, con cruasantes de chocolate, tarta de crema de castaña y tocino de cielo, que habría llevado a cualquier diabético inmediatamente al coma. Confortados por tantas calorías, entramos en el baluarte de los templarios, pensando que por invencibles que parezcan sus altas murallas, al final no pudieron defenderse de las intrigas asquerosas del Rey de Francia y del Papa en el año 1307 que llevaron al aniquilamiento de la Orden. Una vez dentro, con gran sorpresa nuestra somos casi los únicos. Una razón puede ser la hora tan temprana (hace sólo diez minutos que han abierto las puertas), y otra que a muchos peregrinos la entrada les parecerá demasiado cara. „6 Euritos! – ¿será un chiste!? Que no estamos en la Alhambra, mi alma!“, se indigna Cayetana hablando con la señorita sentada en la taquilla, la que intenta justificar tímidamente el precio con la exposición de valiosos facsímiles.

Y en el palacio nuevo hay modernas salas de exposición. Resulta difícil a creer, pero la mayor parte del conjunto del castillo de los templarios fue destruida en el año 1923, para construir un campo de fútbol dentro de las murallas (que hoy ya no existe).

Es una sensación extraña caminar entre esas murallas ruinosas y meditar acerca de la transitoriedad de todo poder humano. De todas maneras vale la pena subir a las almenas del castillo en su función de mirador. Desde aquí podemos disfrutar de vistas espectaculares de los Montes de León los que superamos ayer, y de la torre elegante de Santa María de la Encina. Luego visitamos ese templo más importante de Ponferrada. En su interior, el templo es algo oscuro, pero el Retablo Mayor de 1630 es impresionante, muestra bellas esculturas como la patrona de la ciudad, la „Virgen de la Encina“. Cayetana, al ver que sólo hay velas eléctricas delante del retablo que se enciendan echando una moneda de 50 céntimos, se pone casi furiosa: „I?Qué asco de velas por favor, parecen de un chiringuito! ¿Cómo puede la Virgen cumplir mi deseo, si aquí no arde una llama viva de verdad, sino sólo una cutre bombilla?“Al menos deberían comprar una nueva bandera con el dinero de las entradas“, propone Cayetana al contemplar en las almenas del castillo con pena la bandera de España, desgarrada por el viento y la crisis económica. El conjunto monumental del castillo de Ponferrada tiene una superficie de 8.000 metros cuadrados, pero se ha conservado poco del edificio original de los Siglos XIII/XIV. La parte del llamado castillo viejo en el norte está muy ruinoso y parcialmente cerrada, la otra mitad cerca de la Avenida con sus torres y almenas se presenta bastante reconstruída en la parte superior.

Después de pasar por la Plaza Mayor, vamos al Albergue de peregrinos „San Nicolás de Flüe“ donde tenemos que esperar hasta que nos alojen. Pero a pesar de la gran afluencia de unos cien peregrinos, los bravos hospitaleros consiguen arreglar todo de manera muy rápida y amable. Este albergue fue fundado y financiado por un millonario suizo (una manera realmente cristiana de gastar su dinero – mucho más útil que comprar un club de fútbol). El albergue tiene unas 200 camas, la mayoría en habitaciones con 3 o 4 camas superpuestas. Cada habitación tiene su nombre propio de un Santo y una imagen en la puerta que muestra una ilustración simbólica del nombre. I?Una idea muy bonita!

24 de Junio de 2013, a las 6 y media de la mañana abandonamos el albergue de Ponferrada y como cada día, caminamos dirección oeste, mientras que por detrás de los montes va saliendo el sol. Cuando atravesamos el puente, todo el valle todavía está lleno de las sombras azuladas del alba, pero las cumbres ya están iluminadas por los primeros rayos del sol. A la salida de Ponferrada, un regalo precioso de una sociedad minera espera a los peregrinos. Se trata de una Capilla del Camino y delante se encuentra la estatua de una Virgen blanca muy bonita, la que lleva en sus brazos un ramo de lirios y otras flores, como si quisiera ofrecerlas a cada peregrino que pasa por aquí.

La única desventaja de un paisaje pintoresco con tantas colinas: hay que subir y bajar constantemente. La subida que más sudor y esfuerzo nos cuesta nos espera detrás de Cacabelos, al lado de la carretera a Pieros. Allí por lo menos hay una fuente de agua fresquita. Unos trescientos metros detrás de Pieros no es recomendable seguir la carretera, sino elegir el sendero a la derecha que nos guía por campos y viñedos. Ese caminito resulta unos 2 kilómetros más largo que ir por la carretera, pero es tan romántico que vale la pena. Además, aquí no hay coches, sino silencio y canto de pájaros. En nuestra memoria, ese sendero que pasa por la aldea Valtville de Arriba, ha sido una de las etapas más bonitas de todo el Camino. Durante la caminata, eso sí, nos quejamos de las subiditas y bajadas y de repente notamos que debido al esfuerzo ya hemos terminado todo el agua que llevábamos.Siguiendo los senderos del Camino por los viñedos del Bierzo, descubrimos muchas capillas semejantes, pequeñas o diminutas, formando parte de un paisaje de profunda armonía. Dejando atrás las últimas casas de Ponferrada, durante toda la jornada caminamos por viñas y Cayetana comenta „El paisaje se parece mucho a la Rioja“. El panorama del Bierzo, a mi opinión es incluso más bello que el de la Rioja, el Bierzo es un paraíso muy verde entre la estepa castellana y los Montes Cántabros, marcado por colinas llenas de viñedos, en los que también crecen cerezos centenarios, castaños y manzanos que dan sombra a las cepas. El Bierzo parece la Toscana de España y algún peregrino alemán, entusiasmado como nosotros, ha escrito la palabra „schön!“ (bello) en un indicador del Camino.

En este momento aparece en un cruce de caminos en medio de las viñas – un ángel. Es que como andamos aquí por el paraíso, no deben faltar los ángeles y nadie debe tener sed. El ángel es un joven de piel muy morena que nos ofrece cerezas de color rojo muy intenso. Son las cerezas más jugosas que jamás he comido en mi vida, y apagan nuestra sed hasta que lleguemos. Villafranca del Bierzo tiene unos 3500 habitantes los que tienen que vivir muy felizmente, porque para nosotros es el lugar más romántico de todo el Camino (aparte de pueblos fantasmas y aldeas de montaña con cinco casas). Un valle casi subtropical, rodeado por cumbres arboladas. Por doquier miramos, verde de mil colores, palmas se encuentran al lado de coníferas nórdicas y a la primera vista, en este pueblo parece haber más iglesias y palacios que casas normales. Al adentrarnos en esa mini-ciudad monumental, la euforia de Cayetana llega a dimensiones preocupantes. „I?Ay mira qué bonito todo por aquí! I?Aquí nos quedamos más tiempo!“ (No, hay que seguir cada día) Pero admito que Villafranca realmente invita a quedarse, y mucho más que un día. Y no es sólo nuestra opinión, sino más de uno la comparte. En el Albergue de peregrinos „De la Piedra“, donde nos quedaremos esta noche, los hospitaleros son una pareja encantadora, se han conocido siendo peregrinos por el Camino y luego han vuelto aquí para restaurar una casa antigua en la orilla del río y convertirla en un albergue de peregrinos.

Dentro de una hora se pondrá el sol. Al encontrarnos delante de la parroquia principal, Cayetana (con gran sorpresa mía) pregunta si vamos a la misa aquí en la Iglesia de Santa María. Gracias a Dios, en su interior, este templo se presenta mucho más bonito que por fuera, pero está vacío. Somos los únicos. ¿Habrá una misa para sólo dos almas (más o menos) creyentes? No, un público tan escaso no le parece suficiente al sacerdote para ponerse las vestiduras sagradas. Poco antes de las 8 de la tarde, cuando debería comenzar la misa, una abuelita se asoma desde la sacristía, y al contemplar el vacío en el templo, muestra un movimiento negativo con la cabeza. Se cierra la puerta y no pasa nada. Después de rezar diez Ave Maria delante de la Virgen del Rosario salimos del templo y vamos a los dos templos más bellos (I?lamentablemente cerrados!) de Villafranca: la Iglesia de San Francisco, erigida en el punto más alto del pueblo en una mezcla de estilos gótico y renacentista, y sobre todo la Iglesia románica de Santiago, cuya Puerta del Perdón con sus parejas de apóstoles está iluminada por los rayos dorados del sol poniente. Durante la Edad Media, los peregrinos enfermos o viejos que ya no se atrevieron a subir por los Montes Cántabros al Cebreiro, pudieron ganar las indulgencias aquí en el templo de Santiago, el más antiguo de Villafranca (finales del Siglo XII) y obtener la Compostelana. Pero hoy las puertas de esa iglesia quedan cerradas.Así que la tentación de quedarse en Villafranca es grande. De momento volvemos a atravesar el puente y nos damos una vuelta por la Rúa del Agua, la calleja monumental del pueblo con muchos palacios cuyas fachadas muestran escudos de nobleza. De repente estamos ante un castillo lúgubre, semi-ruinoso que nos fascina. Alrededor de sus muros están volando cernícalos y nos sorprende que uno de los torreones está habitado, mientras que el resto de los muros se presenta sin techo y con ventanas vacías. Cayetana se escapa a una de sus fantasías favoritas: para ella, los cernícalos son murciélagos y en el torreón se esconde el príncipe de los vampiros de Transilvania. (desde que haya visto „Twilight“, esta convencida de que todos los vampiros sean guapos). Así que es recomendable darnos prisa para ver el resto de este lugar encantado antes de la caída de la noche. Pasamos por la Plaza Mayor, muy animada por las terrazas de bares, y por el pequeño parque, donde a finales de Junio tiene lugar la „Fiesta de la Poesía“.

Cuando ya se ha puesto el sol detrás de los montes en el oeste y el breve crepúsculo ha pintado río y puente de Villafranca de matices morados, estamos sentados en el Bar „Sevilla“ (Icomo no!) en la Plaza Mayor para cenar las especialidades del Bierzo y probar los magníficos tintos de la uva Mencía, típica de esta región. Al tomar su cuarta copa, de repente brilla una profunda melancolía en los ojos de Cayetana. „Todo podría ser tan bonito, pero yo nunca encontraré a nadie con quien compartirlo todo y al final la paliza del Camino será en vano…“, murmura como si hablara con la botella de „Mencía Suprema“ y no conmigo. Tengo que abrazarla espontáneamente y darle tres besitos, diciendo: „Pero mi alma, es que ni siquiera hemos llegado…y tú no eres una de esas amigas lectoras del Paulo Coelho, de esas que sólo andan por el Camino de Santiago para conocer a un hombre. ¿No te acuerdas? El primer día, bajando del Somport, me dijiste que no ibas a eligir este Camino para conocer a alguien, sino para conocerte mejor a tí misma…“ Sus grandes ojos casi negros me miran, llenos de dudas. Cayetana siempre se enfada mucho, cuando alguien recuerda sus propias palabras en un momento que no le parece oportuno.

Con mucho ruido empuja su silla hacia atrás, toma su copa para beber el resto de un trago casi violento, se levanta y sale corriendo para el albergue.

Después de dormirse, Cayetana, como siempre, sueña con apariciones muy raras. Va caminando por una alameda de cerezos, radiante de sol. Los cerezos son todos muy altos, ella se siente como una enana y las cerezas más maduras y sabrosas y los de color más intenso están colgando a gran altura y parecen inalcanzables. De repente descubre un personaje acercándose desde el lado opuesto de la alameda: es un templario – a pie y completamente vestido, con su capa blanca y su yelmo que esconde su cara. Su cuerpo parace cada vez más grande al acercarse, y cuando está a un metro, parece un gigante. Se detiene y se quita el yelmo. Con gran sorpresa de Cayetana su rostro tiene rasgos de moro. Muestra una sonrisa encantadora y sin decir palabra alguna, abraza a Cayetana y la levanta de tal manera que ella puede alcanzar un ramo lleno de cerezas más rojas y dulces. Cuando ella se inclina a su príncipe templario para besarle, se despierta.

Texto + Fotos: Berthold Volberg

Recomendaciones y Enlaces:

Etapa de Molinaseca a Ponferrada: 6,5 kilómetros

Etapa de Ponferrada a Villafranca del Bierzo: 25 kilómetros

Alojamiento en Ponferrada:

Albergue de peregrinos „San Nicolás de Flüe“ (C. de la Loma), con Capilla propia (Misa de peregrinos cada domingo a las 8 de la tarde, oficio divino cada día a las 19.30 horas) Tel. 987-413381: este refugio fue donado por un millonario suizo y ofrece habitaciones con 3 o 4 camas superpuestas, cocina, máquina para bebidas frías y calientes (I?Café!), lavadora y secadora, Internet, Terraza. A pesar de sus dimensiones y la gran afluencia de peregrinos hay una acogida muy amable. Cama: donativo voluntario. Cierra a las 22.30 horas.

Gastronomía en Ponferrada:

„DKDA“: Plaza Tierno Galván 3 (cerca del Albergue de peregrinos): un Bar de Tapas, siempre lleno, ofrece Pinchos muy creativos y tostaditas con embutidos y quesos deliciosos y Tintos del Bierzo magníficos como „Ruchel Valdeorra“, camareros/as muy simpáticos, público joven.

„La Destilería“, C. Obispo Osmundo 5, Tel. 987-404290: Restaurante tradicional, ofrece platos con cantidades inmensas – no fui capaz de terminar mi „Ración de Cecina“.

Alojamiento en Villafranca del Bierzo: Albergue privado de peregrinos „De la Piedra“, C. Espíritu Santo 14 (en la carretera a Trabadelo, a la salida del pueblo, después de pasar por el puente), Tel. 987-540260. Muy recomendable, uno de los mejores albergues del Camino, los hospitaleros son una pareja encantadora, se han conocido siendo peregrinos por el Camino y luego han restaurado una casa antigua en la orilla del río para convertirla en un albergue de peregrinos. Cama 8 Euros, cocina, lavadora y secadora, Internet, máquina para bebidas frías y calientes. Ofrece desayuno a partir de las 5 de la madrugada.

Gastronomía en Villafranca del Bierzo: Restaurante „Sevilla“, Plaza Mayor; muy recomendable (no sólo por el nombre). Menú de peregrinos para 10 Euros (3 platos con bebida incluída). Buenas Tapas (Revuelto de espárragos y cecina, queso de cabra delicioso, Lacón con pimientos) y Tintos del Bierzo magníficos como „Mencía Suprema“.

Iglesias:

Iglesia Santa María de la Encina (Siglo XVI), en Ponferrada, renacentista con bóvedas góticas y con retablo mayor manierista (1630) y torre barroca. horario: lunes – sábado 9.00 – 14.00 y 17.00 – 20.30 horas, domingos 9.00 – 13.00 y 19.00 – 20.30 horas.

Iglesia de las Angustias en Cacabelos: de estilo neoclásico (Siglo XVIII), famoso el relieve con el Niño Jesus jugando con naipes en la puerta de la sacristía. Lamentablemente, el templo está casi siempre cerrado, sólo en Julio/Agosto abre miercoles – domingo 10.30 – 13.00 y 17.00 – 19.00 horas.

Iglesia de Santiago, Villafranca del Bierzo: a la entrada del pueblo, románica (1200), como casi todas las Iglesias de Villafranca casi siempre cerrada. Templo pequeño, pero lleno de armonía, impresionante la fachada de la Puerta del Perdón con las parejas de apóstoles.

Iglesia de Santa María, Villafranca del Bierzo: templo renacentista, con bóvedas góticas y retablos barrocos. Algo fea por fuera, en su interior sorprende con obras de arte de gran calidad (sillería barroca del coro, retablo mayor, Virgen del Rosario). Horario: abre sólo 19.00 – 20.00 horas

Iglesia de San Francisco, Villafranca del Bierzo (15. Jh.): templo „doble“ con parte gótica y otra renacentista, magnífico artesonado Mudéjar y bonitas pinturas. Casi siempre cerrado.

Iglesia de San Nicolás, Villafranca del Bierzo: templo barroco monumental del antiguo Convento de los Jesuitas, casi siempre cerrado.